Todos Socialistas

Enero 2012

Acostumbrada como está al irritante reflejo condicionado de externalizar los errores de su propio gobierno endosándoselos a asombrados terceros sin micrófono, nuestra presidente no tuvo empacho, días pasados, en declarar que “en Argentina todos son socialistas con la plata de los demás”.

Menudo descubrimiento el de nuestra primera magistrada, que por cierto merecería el esfuerzo desasnante de codificar en un par de volúmenes de al menos 500 páginas cada uno, en apretada síntesis, el listado de las barbaridades intervencionistas, estatistas, fiscalistas y dirigistas (v.gr. socialistas) que su partido con ayuda de sus asociados radicales o militares nacionalistas, infligieron a la nación Argentina durante los últimos 70 años. Causa excluyente de nuestra declinación, con su atroz costo social.
Aunque… tal vez resulte menos pesado, dada la época del año, ofrecer a nuestros lectores una breve selección de pensamientos inspiradores de personas inteligentes, referidos a la interesante problemática planteada por la Sra. de Kirchner.

André Maurois: “Un joven de menos de 25 años que no sea socialista no tiene corazón; uno mayor de 25 que sigue siéndolo no tiene cerebro”.

David Horowitz: “He creído en la izquierda por el bien que prometía; he aprendido a juzgarla por el daño que ha hecho”.

Frederic Bastiat: “La gente empieza a darse cuenta de que el aparato del gobierno es costoso. Lo que aún no ven es que el peso recae sobre ellos. El Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás”.

José Ingenieros: “Grandes naciones son aquellas cuyos ciudadanos tienen el hábito de la iniciativa libre; ellos crean para los demás vida, cultura y riqueza, en vez de envilecerse en el parasitismo social”.

Lao Tse: “Cuantas más prohibiciones impongas, menos virtuosa será la gente. Trata de hacer a la gente moral, y crearás el terreno propicio para el vicio”.

Milton Friedman: “El uso de la fuerza para conseguir la igualdad destruirá la libertad, y la fuerza, introducida con buenos propósitos, terminará en las manos de gente que la usará para promover sus propios intereses”.

James Madison: “Todas las asambleas, sean estas pequeñas o numerosas, tienen la propensión a ceder al impulso de pasiones violentas y repentinas, y a ser seducidas por líderes facinerosos para tomar decisiones perniciosas e inmoderadas”.

Friedrich von Hayek: “El poder que sobre mí tiene un multimillonario, que puede ser mi vecino o mi empleador, es muchísimo menor que aquel que posee el más insignificante funcionario, pues este cuenta con el poder coercitivo del Estado, y de su discreción depende qué tanto se me permite vivir o trabajar”.

Albert Einstein: “Todo aquello que resulta ser grandioso e inspirador es creado por individuos que pueden trabajar en libertad”.

Sheldon Richman: “El empresario no puede comprar favores a un burócrata que no tiene favores que vender”.

William Bourke: “El libre comercio inevitablemente fomenta la eficiencia productiva, mientras que el proteccionismo fomenta la técnica de la corrupción”.

Johan Norberg: “La distribución desigual de la riqueza del mundo se debe a la distribución desigual del capitalismo”.

Hillaire Bellocq: “El control de la producción de riqueza es el control de la vida humana en sí misma”.

Charles de Montesquieu: “Los países mejor cultivados no son los más fértiles sino los más libres”

José Ortega y Gasset: “Este es el más grave peligro que amenaza a la civilización: la intervención estatal, la absorción de todo el espontáneo esfuerzo social por el Estado; es decir, la espontánea acción histórica, la cual a la larga sostiene, nutre y dirige el destino humano”.

Shang Yang: “Cuando el pueblo es débil, el Estado es fuerte; cuando el Estado es débil, el pueblo es fuerte. Por lo tanto el Estado que sigue su curso natural debilita al pueblo”.

Winston Churchill: “Ningún sistema socialista puede ser establecido sin una policía política. Que el tener ganancias es reprochable es un concepto socialista. Yo considero que lo verdaderamente reprochable es tener pérdidas. El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes; la virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria”.

Stephen Leacock: “El socialismo no funciona sino en el cielo, donde no lo necesitan, y en el infierno, donde ya lo tienen”.

Y para dar fin a este resumen de actualidad argentina, un último pensamiento de refrescante inspiración: “El error fundamental del socialismo es de naturaleza antropológica, porque considera al individuo como un simple elemento, una molécula del organismo social, de tal forma que el bien de los individuos está totalmente subordinado al funcionamiento del organismo socioeconómico. De igual forma, el socialismo sostiene que el bien de un individuo puede ser logrado sin acudir a su libertad de elección, la cual es la única responsabilidad que se ejerce al encarar el bien y el mal. El hombre es reducido a una serie de relaciones sociales, y el concepto de persona como sujeto autónomo de decisiones morales desaparece”. Firmado: Juan Pablo II.

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